Un uruguayo radicado en Suiza pretende incentivar que compañías del viejo continente usen a Uruguay como plataforma de lanzamiento de esta tecnología hacia América Latina
“Es como la invención del email. Si hubiésemos pensado que el email era todo internet, nos hubiésemos perdido el 99% del potencial desarrollo que tenía esa herramienta. Las criptomonedas son eso, simplemente la primera buena aplicación de la tecnología blockchain”.
Con ese paralelismo, el uruguayo radicado en Suiza hace dos años, Pablo Coirolo, definió al blockchain como la nueva tecnología que está naciendo en el mundo y que representa todo un horizonte de nuevas oportunidades en el desierto virtual. A partir de esta premisa, el empresario con un máster en finanzas y sistemas de información trabaja desde agosto de este año con el fin de que empresas del exterior –particularmente desde Europa vengan a Uruguay a“instalarse para desarrollar todo el software de esa tecnología en el país para utilizar a Uruguay como posible plataforma de lanzamiento para el resto de América Latina”. Coirolo fundó en setiembre de este año Crypto Bay Montevideo, con el fin de ser un puente digital entre Europa y Uruguay.
La primera empresa en visitar Uruguay estos días, según comentó Coirolo, fue Blockchain Aeternity, una firma con sede en Liechtenstein valorizada en US 100 millones, que llegó para evaluar al país con la intención de analizar la posibilidad de que la compañía se instale en zona franca.
“El blockchain es el internet del valor. Cuando se comenzó con internet se trataba más de la comunicación y el marketing, que luego desembocó en ventas. Hoy en día el blockchain permite transferir valor de un país a otro y de una persona a otra de forma directa. No hay necesidad de tener intermediarios confiables como bancos o un Banco Central en el medio, lo que abre una cantidad enorme de posibilidades para el desarrollo de distintos tipos de soluciones”, explicó Coirolo.
El blockchain (o cadena de bloques) es una base de datos compartida que funciona como un libro para el registro de operaciones de compraventa o cualquier otra transacción. Es la base tecnológica del funcionamiento del bitcoin, por ejemplo. Consiste en un conjunto de apuntes que están en una base de datos compartida online en la que se registran mediante códigos las operaciones, cantidades, fechas y participantes. Al utilizar claves criptográficas y al estar distribuido por muchos ordenadores (personas) presenta ventajas en la seguridad frente a manipulaciones y fraudes. Una modificación en una de las copias no serviría de nada, sino que hay que hacer el cambio en todas las copias porque la base es abierta y pública.
En este sentido, el empresario aseguró por ejemplo que se puede garantizar toda la trazabilidad del ganado como ocurre en Uruguay sin que el sistema pueda ser hackeado, a diferencia de lo que sí puede ocurrir al estar fundada en base de datos como en el presente.
“Esta nueva tecnología que está naciendo en el mundo no puede ser hackeada, por eso hay empresas multinacionales que ya están implementando este tipo de soluciones. Se genera un ecosistema de empresas que comienzan a desarrollar valor sobre internet, como pueden ser soluciones para la educación o fintechs”, prosiguió.
Source: El Observador